«Lo único que es un activo o un pasivo eres Tú Mismo, porque en última instancia eres tú quien puede hacer que el dinero sea un activo o un pasivo».
No es que trabajemos en inglés, es que utilizamos términos ingleses en nuestro día a día. Working Capital en español son las Necesidades Operativas de Fondos (NOF), o también llamado capital de trabajo.
¿Estamos hablando de contabilidad? ¿Estamos hablando de financiación? ¿Estamos hablando de gestión? Un poco de todo, aunque si me tengo que quedar con una categoría, diría que es un tema que tenemos que tener muy claro, para lograr que la salud financiera de la empresa a corto plazo, sea la mejor. Si no gestionamos bien el Working Capital o Circulante, podremos tener unos costes financieros no necesarios, una menor rentabilidad y en caso extremo llegar a tener problemas de liquidez. Que una empresa no tenga éxito es una pena, pero que fracase, por morir de éxito, es imperdonable porque depende enteramente de la propia empresa, no de acontecimientos de fuera.
Lo primero que hay que decir es, que hay situaciones generales para el común de las empresas y situaciones que parecen problemáticas al analizarlas, pero que son situaciones estructurales del tipo del sector en el que se encuentra la empresa. Como en casi todo en la vida, no vale el café para todos.
Después de esta introducción entramos en harina. El working capital lo podemos definir como la financiación necesaria para completar el ciclo de negocio de la empresa. Es decir, la financiación necesaria, desde que se inician los primeros pagos para la compra o fabricación de bienes, o la los costes asociados a la prestación de servicios, hasta el momento en el que se venden los productos al cliente o se presta el servicio y se cobra.
Utilizamos como ejemplo, el más complejo, el de una empresa de fabricación. Necesita financiación para la compra de materias primas, el pago de sus empleados, la fabricación de los bienes, el almacenamientos hasta que se produzca la venta, la venta de los bienes y cuando llega el cobro, puede pagar lo adeudado y obtener un excedente.
Es por tanto, utilizando partidas contables del Balance (ver el video sobre Balance de Situación), la diferencia entre Existencias, Cuentas por Cobrar, Impuestos Anticipados y Proveedores, Acreedores e Impuestos Diferidos. Esta diferencia nos da las necesidades operativas de fondos, la financiación que necesitamos para completar el ciclo de negocio.
Es evidente que aunque reflejen situaciones de negocio, tienen un componente financiero. La compra de materias primas y la fabricación, o la compra de productos finales si se es una comercializadora, supone incrementar la partida de existencias. Cuanto mayor es la cantidad invertida en existencias, mayores son las necesidades de financiación. Por este motivo, en aquellos negocios que tienen que trabajar con partidas importantes de existencias, siendo estas una parte importante del activo del balance, el foco en la gestión del negocio se fija en minimizar estas existencias. A lo largo de la historia se han desarrollado muchas teorías de logística y gestión de inventarios que pretenden lograr minimizar el importante coste de financiación a corto plazo para mantener stocks elevados, como el Just in Time, Stock 0, etc.
La venta a crédito origina el mismo problema aunque la naturaleza de la partida sea diferentes. Es importante, minimizar la partida de cuentas a cobrar, agilizando el proceso de facturación y negociando con el cliente, plazos más cortos de cobro. Las pymes, que son las que más problemas de financiación, quieren lograr que las Administraciones Públicas y grandes empresas, paguen sus facturas con ellas en el menor plazo, porque el estrangulamiento financiero que sufren, les puede llevar a la quiebra, no por falta de negocio, sino por falta de liquidez.
En este sentido, ahora comprendemos la importancia de la medida que tomo Naturgy al inicio de la pandemia, al comprometerse a pagar toda factura presentada por una pyme, aunque no se hubiese cumplido el plazo de su vencimiento, para aliviar los problemas financieros que surgen al pararse la actividad durante el confinamiento. La ayuda viene de anticipar los fondos para aliviar sus necesidades de financiación.
Otra partida que las pymes tienen que financiar es la partida de impuestos. En este caso, el IVA soportado. Tienen que asumir su devengo y pago antes de poder cobrar el IVA repercutido. Estamos hablando de empresas, en las que el ciclo de negocio es a veces, de varios meses. Se está pidiendo por la pymes que no se tenga que pagar ese IVA soportado hasta que no se haya cobrado el IVA repercutido. Esto es más relevante cuando hablamos del nacimiento de una empresa, en la que pasa algún tiempo hasta que la empresa entre en beneficios, es decir, las ventas cubran todos los costes. Traducido al tema fiscal, pasa algún tiempo hasta que el IVA soportado que se ha ido devengando y pagando, pueda ser compensado con el repercutido.
Todas estas partidas comentadas, son partidas que la empresa financia gratis. Algunos pueden argumentar que se pueda meter en el precio, pero no siempre es posible, porque el precio lo puede marcar en algún sector el mercado y este esfuerzo de financiación es a pulmón de la empresa. Es decir, financiación gratis que se concede a los clientes. Ya sea en pago aplazado de sus facturas, ya sea almacenando existencias, en sus instalaciones, en vez de, en las del cliente.
La otra cara de la moneda lo encontramos en la financiación gratis que recibe la empresa de sus proveedores y acreedores y de Hacienda cuando el impuesto es diferido. En este caso, la empresa obtiene financiación sin coste explícito. La financiación que le otorgan sus proveedores con el pago aplazado.
La diferencia entre la financiación que se otorga a clientes, y se recibe de proveedores es el working capital o capital de trabajo. Esta cifra, se suele medir en días. Días de almacenamiento de existencias, días de cobro de clientes o días de pago aplazado a proveedores. Esta cifra suele ser positiva. Es normal que nuestra cifra de ventas y por tanto cuentas a cobrar, sea mayor que nuestra cifra de compra o costes. En caso contrario tendríamos un problema. Sin embargo, en determinadas industrias es algo normal. Por ejemplo en el mundo de los grandes centros comerciales. Cobran al contado, con su poder de compra pueden provocar que el proveedor les sirva la mercancía cuando quieren y como quieren y pagan a esos proveedores a plazo. Generan caja de forma importante. Por eso, en la época de los tipos de interés altos, se hablaba de que eran más un negocio financiero que un negocio de retail, ya que sus ingresos financieros eran muy superiores a sus margen bruto. He visto alguna cuenta de resultados con márgenes brutos, negativos, su negocio base, mientras que los resultados financieros eran impresionantes. La estrategia era buscar volumen de negocio para buscar esa caja que le diese ingresos financieros.
La conclusión fundamental es que hay que conocer cada epígrafe de tu working capital, para optimizar su gestión. Tratar de minimizar el periodo medio que las existencias permanecen en los almacenes, para minimizar la inversión en las mismas, y de paso, minimizar el riesgo a obsolescencia y deterioro. Reducir el periodo medio de cobro, entre otras cosas, mejorando el proceso de facturación para que los plazos empiezan a correr cuanto antes, buscando de forma proactiva que se produzcan esos cobros. Ampliar en la medida de lo posible el plazo de pago a proveedores.
Mucha gente como no existe un coste explícito de financiación no presta atención, sin embargo, si hacemos los números veremos que por ahí se nos puede estar escapando parte importante de la rentabilidad.
