En un mundo cada vez más globalizado, la competencia por atraer y retener a profesionales de alto valor es feroz. España, consciente de esta realidad, cuenta con un arma fiscal de gran calibre: el Régimen Especial de Trabajadores Desplazados, popularmente conocido como la «Ley Beckham». Esta normativa, que debe su apodo al célebre futbolista David Beckham, uno de los primeros en beneficiarse de ella, busca posicionar a España como un destino atractivo para el talento internacional, ofreciendo un tratamiento fiscal considerablemente más ventajoso que el régimen general.
