Hace algunos años teníamos en las empresas, el departamento de Recursos Humanos. Hoy día es más muy común encontrar, Personas y Cultura. Simple cambio estético, o las palabras, tienen un significado más profundo.
Tengo claro que las personas son el activo más importante de una empresa. Lo que digo, no es muy original, porque casi todas las empresas dicen lo mismo. Pero, ¿realmente las empresas o mejor dicho, las personas que las dirigen, actúan y se comprometen, en demostrar con sus actos, que lo que dicen, es igual a lo que hacen? Ahí ya no es tan fácil encontrar ejemplos.
No es que exista un complot para no desarrollar y contar con el talento de las personas. De hecho, yo mismo he comenzado a escribir y hablar en Quien Aporta Valor de conceptos técnicos, antes de introducir a las Personas en este artículo. Existe mucha dinámicas, que nos empujan a hacer las cosas, como siempre, y no nos esforzamos por cambiar. Tratar con personas es muy difícil. Lo más difícil. Un ejemplo que ilustra lo que todos sabemos. Un emprendedor de éxito, me contaba en una comida, que cuando vendiese su empresa, si volvía a emprender, sería en algún tipo de empresa que no tuviese personas. Seguramente, es una idea, fruto de un calentón del momento, pero ya nos está indicando, con un ejemplo muy real, la energía que es necesaria, para hacer, que las personas con nuestras luces y sombras, estemos comprometidos, trabajando en equipo, en la misma dirección. Por otro lado, cuando una persona, ha tenido una carrera profesional exitosa, escalando en la pirámide profesional, a puestos de mayor responsabilidad dentro de una empresa, haciendo las cosas de una determinada manera, es muy difícil, cambiar y asumir que con los nuevos tiempos, también hay que cambiar las formas de hacer. Muchos son los que creen que para cambiar el rumbo de una empresa, es necesario cambiar el equipo gestor. No soy de ideas preconcebidas, pero a veces la realidad es tozuda.
Dentro de la empresa, es necesario realizar muchas tareas relacionadas con las personas. Lo primero organizarlas, para que cada cual tenga su tarea y su responsabilidad. Además de organizarlas, hay que retribuir su trabajo. Motivarlas para que esas personas puedan dar lo mejor de sí. Liderarlas, para que en base, a una mayor experiencia del líder, se obtenga lo mejor de la persona, tanto a nivel profesional, como a nivel personal. Lidiar con los problemas que todos, como personas tenemos y trasladamos al ámbito profesional. Problemas e inquietudes psicológicas, sociológicas, etc.
Hay una filosofía de trabajo que podemos englobar en la categoría de recursos humanos. Es decir, las personas son un recurso más de la empresa. Como el capital, como la financiación, como la tecnología, etc. Desde ese punto de vista, se despersonaliza a la persona. Se jerarquiza la organización. Jefes y empleados. Instrucciones y trabajo. A cada persona, se le asigna una tarea, en función de sus características. Igual que a una máquina. Se le retribuye, en función de su productividad. Igual que estamos dispuestos a invertir más por una máquina, que nos permite producir más piezas por hora. Es en definitiva un intercambio comercial. La persona proporciona el trabajo y la empresa el sueldo. Más allá de eso, la empresa no se preocupa. Si acaso, como a las máquinas, que con alguna mejora, son capaces de producir más piezas, a las personas, se les da formación técnica, siempre enfocada directamente a una tarea, para que puedan asumir más responsabilidad o trabajo y por tanto, que el valor de su producción, sea mayor por hora trabajada. A cambio, dado que el ingreso es mayor, a veces, se le retribuye más. Es un esquema que parece del pasado, pero que es muy actual. Puede incluso, que para determinado tipo de personas, y para determinado tipo de industria, sea un esquema válido a corto y medio plazo. Sin embargo, muchas empresas tienen el germen de la desaparición en su ADN.
Sin embargo, estamos todos de acuerdo, que el mundo evoluciona hacia una mayor complejidad. No solo más complejo, sino con cambios más rápidos. El concepto VUCA, está en todas las escuelas de negocio. Lo he oído más de 10 veces en el último año. Como una telenovela, lo introduzco, para un futuro artículo. Se que algunos no podrán esperar y lo buscaran en Google.
Por eso, hoy día no hablamos de recursos humanos, hablamos de personas y cultura. Es difícil diseñar un proceso y que permanezca estable, el tiempo suficiente, como para encajar las piezas y que funcione sin cambios a largo plazo. La complejidad requiere de la participación de diferentes conocimientos, trabajando a la vez. La rapidez, necesita del compromiso de las personas para aportar, no solo su conocimiento técnico, si no sus vivencias, sus experiencias, sus contactos, sus relaciones, su forma de interactuar, incluso lo aprendido practicando sus aficiones. Pasamos de resolver problemas, y trabajar con la solución durante mucho tiempo, a pivotar sobre soluciones. Se prueba, si no funciona, rápidamente se cambia y se busca otra solución. Se puede fallar, pero hay que hacerlo rápido y pivotar.
Ya no tenemos una organización estable, si no equipos multidisciplinares que nacen y mueren con proyectos de la empresa. Tener un jefe que solo supervise, no aporta. Es imposible. Se necesita gente que se autogestione. Que tenga la responsabilidad de trabajar como y cuando quiera. Que se valore por su trabajo, no por las horas sentado en una silla en la oficina. No se tienen responsables, que te transmiten lo que a su vez le ha dicho su jefe, con una cadena de comunicación que actúa como un teléfono estropeado y que hace muy rígidas a las organizaciones. Se tienen estructuras planas, con jefes de proyecto, en función del conocimiento que aportan, que pueden ser parte del equipo en el siguiente proyecto. Si va a lanzar un negocio de renting de bicicletas de alquiler, que mejor, que contar con la persona, dentro de tu organización, que sabes es un loco por las bicicletas. Una persona, que es el que más sabe y que está siempre actualizado. No solo sus capacidades técnicas demostradas a lo largo de los años de trabajo, si no sus capacidades personales, demostradas a lo largo de años de afición. Tener ese talento en la empresa no tiene precio. Y para lo demás …
Toda la industria relacionada con el consumo, con la tecnología, con mercados formados por millones de clientes, hace tiempo que no sólo lo saben. Son muy conscientes de que el talento de las personas, que forman su empresa, son la mayor fuente de crecimiento. Sus industrias, necesitan contar con los mejores, porque la competencia y la velocidad es tan rápida, que el éxito es binomial. O se tiene mucho éxito o se desaparece. Las personas y la cultura de la empresa, es lo que les da la ventaja competitiva. Google, Apple, Facebook, Amazon, etc. están en una lucha por el talento. Supeditan muchas de sus decisiones, en diferentes áreas de la empresa, a encontrar la forma de atraer, motivar y liderar el mejor talento. Una de las áreas de mayor beneficio y generación de caja de Amazon es desconocida para el gran público, Amazon Web Services. Líder mundial en el negocio de Cloud. Surgió de un programa de generación de ideas, que ha sido el germen de negocios de éxito, dentro de Amazon. Ideas surgidas de los empleados. Un empleado que recibe una retribución a cambio de un sueldo y que es tratado como un objeto, nunca va a traer a la empresa, una idea que puede revolucionar, la empresa, la industria, el consumo, el mundo. Otro gran ejemplo de atracción de talento en España ha sido Inditex. Desde que su crecimiento se convierte en exponencial, no ha escatimado esfuerzos en tener a los mejores. La dificultad añadida es que ha conseguido atraer al mejor talento, estando sus oficinas en una ciudad preciosa, Coruña, pero lejos de la cosmopolita Madrid o Barcelona, sin contar otras ciudades muy atractivas, como Londres, París o Milán.
En esas empresas los conocimientos de humanidades y técnicos conviven en los negocios. En la empresa tradicional, solo se ven psicologos, sociologos, en los departamentos de recursos humanos. En el pasado, la asignatura de recursos humanos era la asignatura fácil, la que se aprobaba sin problemas. Hoy día, los departamentos de personas y culturas de la empresa moderna, genera equipos de proyectos en los que trabajan codo con codo, un ingeniero, abogado, matemático, sociólogo, filólogo, etc. Los clientes son personas, se trabaja con personas, los proveedores son personas, los grandes creativos que piensan diferente, son personas, los consumidores, los «millenials», son personas. Todavía recuerdo allá en el 96, cuando un profesor jesuita de Deusto, decía que estaba orgulloso de que la parte de humanidades, en la Universidad, fuese mucho más relevante, que en otras facultades de administración de empresa, pero por otro lado, consideraba que el porcentaje estaba muy lejos, de lo que él consideraba adecuado. Hablaba ya por aquel entonces de 50% técnico, 50% humanidades. Tras más de 20 años de experiencia, solo puedo decir, ¡cuánta razón tenía!.
Antiguamente, la empresa estaba formada por unas pocas personas con formación, que la gestionaban, o unas pocas personas, con el gen emprendedor y el resto eran mano de obra no cualificada. Hoy día, tenemos a la sociedad mejor formada de la historia. El becario sin experiencia, tiene una formación extraordinaria. En muchos campos, una formación más extensa que el Director General. No digo que la experiencia no tenga valor. Le doy el mayor de los valores y hay platos que es necesario cocinarlos a fuego lento. Muchos rasgos de la personalidad requieren tiempo.
Sin embargo, dejadme terminar con un ejemplo para no minusvalorar a nadie y aprender de todo y de todos. Esta semana en un programa de televisión, me ha llamado la atención una anécdota de un gran cirujano, de Coruña, (ahí se nota mi sangre gallega). Es uno de los mejores del mundo, innovador, que ha hecho que, gracias a una nueva técnica quirúrgica, desarrollado por él, en vez de abrir a un paciente, con una brecha de varios centímetros y varias semanas de postoperatorio, se pueda realizar la misma operación, en los órganos dentro de la caja torácica, a través de un agujero de pocos centímetros. Se evita entre otras cosas el trauma de separar costillas, cortar de más ya que en pocos centímetros de apertura, es posible introducir instrumentos quirúrgicos y cámara de alta tecnología, para operar como quien juega a un videojuego, viendo todo a través de una televisión. Lo que decía nos puede sorprender. Su argumento era que los nativos digitales, que desarrollan habilidades en la Playstation, están más preparados para la cirugía moderna, que cirujanos de la antigua escuela. Han desarrollado esas habilidades de la cirugía moderna jugando. Un ejemplo más de que la persona se traen todo a la empresa. Su cv académico, su experiencia profesional, pero también sus aficiones y experiencias personales.
Una idea que me gusta transmitir. Aprender de todo y de todos. Y añadiría, sin prisa, pero sin pausa.
