(32) ¿Qué es lo esencial de una buena inversión?


Toda inversión, da igual del tipo de inversión del que hablemos, se basa en un principio:

el futuro es desconocido

Cuando hablamo de inversiones la sorpresa no es la excepción, es la regla. Los mercados de capitales se ven constantemente asaltados por lo inesperado. Y sin embargo, la incertidumbre puede convertirse en una aliada. Sólo porque existe la incertidumbre, existen las oportunidades.

Sólo porque existe la incertidumbre, se producen las expectativas, la visión que cada inversor tiene del futuro. Si en el mundo real, el futuro se desarrolla tal y como se había anticipado, los precios de los activos seguirán una senda prevista, en ese camino, en el que el precio se ajusta al valor. Pero si las expectativas estaban exageradas por culpa del pánico o de la euforia, los precios de los activos tomarán la dirección contraria. Si las expectativas estaban equivocadas, reportará buenos beneficios haber apostado en contra de la opinión de la mayoría. Es en este juego, en el que los inversores value, o el value investment, trata de detectar disparidades entre el mundo real y las expectativas o ineficiencias del mercado, para cumplir la máxima que todo inversor quiere cumplir, comprar barato y vender caro.

Puede resultar presuntuoso creer que la opinión de la mayoría siempre está equivocada. Sin embargo, cuando la opinión del inversor es contraria a la de la mayoría y acierta en su predicción, es ahí donde se encuentran las oportunidades. Los grandes gestores de fondos de inversión, son aquellos que son capaces de ver cosas que otros no ven, y por eso, son estrellas en el mundo de la inversión. Igual que Michael Jordan es una estrella, porque fue capaz de hacer cosas con una pelota de baloncesto, que otros, ni tan siquiera, eran capaces de imaginar.

No hay que olvidar la complejidad de la mente humana. El enemigo juega en casa.

A menudo nuestro peor enemigo somos nosotros mismos.

La incertidumbre puede llevar nuestras decisiones a posiciones equivocadas. Tan malo es perder en una inversión, como dejar de ganar por no haber dado el paso de invertir. La mayores lamentaciones que he oído de inversores profesionales, no son por pérdidas que por su estrategias de aminorar riesgo suelen ser contenidas, las mayores lamentaciones son por dejar de ganar en aquellas inversiones en las que no invirtieron o vendieron demasiado pronto, en contra de lo que la razón les decía, por el miedo a perder lo ganado.

El fin de la inversión es crear riqueza. El proceso inversor debe incluir la gestión de la incertidumbre y la capacidad de dar respuesta a sorpresas negativas. Como nos enseña Warren Buffet, no se considera un buen inversor por acertar más que los demás, sino por equivocarse menos. Es por ese motivo que cada inversor juega con sus propios instrumentos, estrategias y análisis para llegar a la toma de decisiones más eficaz. Hoy día apuntaría también más eficiente, porque dado el volumen de información del que disponemos, ser eficiente en el tratamiento de la información, es un plus muy relevante para los inversores. El objetivo no caer en el conocido, «parálisis por análisis¨.

A la hora de jugar con la incertidumbre, tenemos que tener en cuenta, dos tipos de inversión o dos estrategias de inversión. Por un lado, están los inversores que buscan el control de la inversión, para poder tomar las decisiones, y por otro lado, tenemos los inversores minoritarios, que tienen poca o nula capacidad de influencia, pero que juegan con otro tipo de estrategias, para extraer valor de sus inversiones. Normalmente, este último tipo de tipo de inversión se concreta en los mercados de capitales.

Cuando hablamos de la inversión en mercados organizados, el inversor busca o bien, un rendimiento recurrente y estable a medio y largo plazo, o bien un incremento del valor, acompañado por el precio, a lo largo del tiempo, para poder vender con plusvalías. También cabe una estrategia que sea una combinación de ambas. El rendimiento puede venir motivado por los dividendos si es una inversión en acciones o por los intereses, si la inversión es en deuda. En ambos casos, existirá fluctuaciones en el precio del activo en los mercados, pero en el caso de la deuda, si se lleva la inversión a vencimiento, se obtendrá el total del capital, mientras que en la inversión en acciones, no está garantizado. Siempre existirá, en ambos tipos de inversión, el riesgo de contraparte o riesgo que la empresa que emita los títulos quiebre y no pueda satisfacer el principal de la deuda y/o que el precio de las acciones llegue a cero. Como vemos, ambos componentes del rendimiento son ajenos al control del inversor. Y los mismo sucede con respecto al valor futuro del dinero, teniendo en cuenta que la inflación, hace perder valor al mismo.

Invertir es arriesgado.

Llegados a este punto, muchos pueden pensar que la inversión es como jugar en el casino, en el que todo depende del azar. Nada más lejos de la realidad. El futuro no lo conoce nadie, pero invertir está lejos de ser algo en el que nuestro trabajo y buen hacer, no aporta nada. Se ha avanzado mucho en el campo del conocimiento de la gestión de riesgos, del análisis de oportunidades, del seguimiento y control de las inversiones. Eso da una gran ventaja a aquellas personas con conocimientos. En los juegos de azar, los conocimientos no aportan nada. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta que nadie puede pronosticar el futuro y por tanto, hay que ser cautos en nuestras proyecciones, aunque se tengan unas bases sólidas.

A lo largo de los años, se ha aprendido mucho de la gestión de cartera de valores, como analizar el binomio rentabilidad y riesgo, la diferencia entre la cartera de activos y activos individuales, sobre la diversificación, evaluación de las consecuencias de un escenario negativo, el conocimiento de los diferentes tipos de títulos financieros, la existencia de coberturas, e incluso, de cómo la psicología de la inversión afecta al movimiento de los mercados, y cómo puede ayudar a obtener rentabilidades excepcionales. Este año, mientras que muchos han podido perder grandes sumas de dinero, considerando la bajada en el precio de sus activos, ya sean cotizados o no, muchos otros, han aprovechado los precios bajos para entrar en muchas inversiones, que a final de año, considerando algunas subidas importantes a lo largo del 2020, ha provocado que muchos tengan rentabilidades superiores al 50%. Las empresas tecnológicas durante el año, lo han hecho excepcionalmente bien.

El mercado a largo plazo es eficiente y tiende a acortar el gap que pueda existir entre precio y valor. En el mundo real, la información que se incorpora a los precios es completa y correcta solo en un determinado momento, no en cada momento del proceso. La información nueva es desconocida hasta un determinado momento que se publica. Supone asumir un riesgo, tratar de adelantarse al mercado. ¿Cuántas veces hemos visto que las acciones de determinado valor aumentan ante la expectativa de buenos resultados? Y la empresa presenta resultados un mes después. O determinada noticia que podemos considerar una buena noticia para la empresa por ser una oportunidad de mejorar su posición, pero la empresa no está capacitada para sacar partido a esa situación positiva y por tanto, no supondrá nada para ella o viceversa, un riesgo que parece un problema a la generación de caja del activo, y la realidad nos dice que el plan de contingencia del que dispone la compañía, hace que no afecte o lo haga de forma poco relevante y por tanto a su valor.

Lo que nunca debe hacer un inversor ante una situación de incertidumbre, es caer en posponer las decisiones por falta de información completa, hasta llegar a un punto de no retorno, o lo que es peor a la resignación.

Siempre es un mal momento para invertir

Si no conocemos el futuro, no sabemos nada de él. La tendencia, no es el destino. El sistema de gestión y la estrategia más segura es contemplar la incertidumbre como una constante y no como una variable. Estamos unidos a la incertidumbre.

Los grandes inversores, son aquellos que tienen en cuenta la supervivencia cuando aparecen los contratiempos. Es un error asumir grandes riesgos para intentar percibir un rendimiento colosal gracias a una oportunidad única en la vida. Todos esos jugadores intrépidos, salvo excepciones, desaparecen con el tiempo. Todos tenemos conocidos que nos hablan de lo mucho que han ganado con un valor concreto. Me gustaría saber si esas ganancias llegan para compensar el 25% de las pérdidas en otros activos. La estrategia del «pelotazo» sólo tiene éxito, con información privilegiada, y no olvidemos que es un delito. La inversión requiere esfuerzo. Requiere tiempo. La mayoría de las victorias van a paso de tortuga y no de liebre.

Publicado por José Luis

un financiero, con alma de comercial; un comercial, con formación financiera

Deja un comentario